![]() La facilitación no se parece a los procesos de transmisión de conocimientos a los que estamos acostumbrados, menos aún a lo que nos sucede en las instituciones educativas (salvo honrosas excepciones). Muchas veces creemos que para capacitar a alguien es necesario “decir” todas las cosas que sabemos acerca del tema en interminables charlas de larga duración. Luego, nos sentimos satisfechos, decimos: “yo se lo expliqué” o “yo lo dije”, y agregamos: “No se por qué no lo están haciendo”. “Decir” las cosas nos da una gran sensación de tranquilidad de conciencia, es como si descargáramos todo lo que tenemos en la cabeza y luego dijéramos “bueno, ya está”. Nos sentimos orgullosos de todo lo que sabemos. A este momento de gloria suele seguirle una situación incómoda: a pesar de todo lo que dijimos, las situaciones que queríamos resolver permanecen intactas. Ellos no aprenden. Quizás podamos dar vuelta la cámara hacia nosotros para observarnos y reflexionar acerca de lo que podríamos hacer diferente. Para mi, la diferencia comenzó cuando dejé de hablar y comencé a facilitar. Eso implicó dos grandes cambios: 1. Enfocarme en sostener un espacio seguro para que lo que tiene que suceder suceda, y el error sea bienvenido de modo que no se convierta en fracaso, sino en oportunidad. 2. Callar y observar . Minimizar las explicaciones . Es decir entendí que no es cuestión de demostrar lo mucho que sé, porque eso no es lo que está en juego. De modo que dejé de ser una persona que mayormente hablaba, para ser una persona que escuchaba. Para librarme de mi ego (el mayor obstáculo al aprendizaje ajeno), me gusta enfocarme en estos cinco pasos. Paso 1. Para qué Nadie se mueve sin una razón. Incluso a veces con una razón, no nos movemos. Imaginemos si no tenemos clara la motivación o si la motivación es equivocada. Ya empieza el proceso con problemas. De modo que lo primero es explicar claramente la situación en donde se está y qué se desea modificar, es decir, dónde estamos y a dónde queremos llegar, y la importancia de que ese cambio se produzca. Paso 2. No hacer. Posibilitar . Crear condiciones Se trata de generar ese primer vacío en donde la solución pasa de estar en manos del que “ya sabe” a estar en manos del que necesita saber. En este momento la idea es posibilitar y crear las condiciones necesarias para que la experiencia de aprendizaje se ponga en marcha. : elementos que forman parte de la solución, manuales, lugares en donde obtener información, personas de referencia, pero sobretodo (y ahí nuestro rol es fundamental) las preguntas justas y necesarias que es importante plantear para resolver el tema del que se trate. Y en eso consiste nuestra experiencia a transmitir: sabemos cuál es la pregunta que da origen al conocimiento/habilidad que queremos generar en el otro y ayudamos a despejar la niebla. Preguntamos. No explicamos. Solo así el otro se apropia del tema. Entramos en su espacio emocional. Paso 3. No resolver. Gestionar el espacio emocional Obviamente sucede lo esperado. Parálisis. No estamos acostumbrados a este tipo de proceso y en primer lugar surgen todas las objeciones emocionales: no puedo, es demasiado, no tengo idea, no quiero hacerlo, nunca pude, mis experiencias anteriores en el tema son horribles, etc. Ese no es el momento de decir: "bueno, está bien, yo les doy la solución no se sientan mal". Es el momento de sacar la maraña de emociones a la luz para que no solo no entorpezcan, sino que favorezcan el proceso. Paso 4. Atravesar el túnel oscuro. Sostener el proceso Esto no es fácil. Aparecen las resistencias. Al grupo no le gusta enfrentarse con sus propios fracasos. Todos queremos aprendizaje express. “Dame todo lo que necesito en media hora y me voy”. Cuando eso sucede puede pasar que entremos en el túnel oscuro. Ellos no ceden. Vos tampoco. No hay luz. Sin embargo vos sabés que hay luz al final del túnel, porque esa es tu función. Decir : “sigan adelante, porque hay salida. De hecho yo vengo desde allá”. Paso 5. Consolidar y festejar logros Y llega el momento en que, si supimos esperar, el primer logro sucede. En ese momento hay que detenerse a festejar porque hemos vencido la barrera más difícil: la que nosotros mismos nos imponemos.
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Marta bendomirreflexiones y aportes entradas
December 2019
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