![]() En una sociedad que privilegia el esquema “predecir y controlar” por sobre la construcción de la confianza y la colaboración, el así llamado “feedback” (me resisto a utilizar la palabra retroalimentación) parece que fuera un agregado molesto, una vez que se ha terminado alguna tarea o proceso. Como si no fuera suficiente con haber concluido lo que había que concluir, de repente aparecen algunas personas con esta cuestión de “pensar” si el resultado obtenido es consistente con la idea inicial que disparó la actividad. A veces peor, gente que quiere indagar acerca del proceso y de cómo podría hacerse mejor. En las organizaciones burocráticas del tipo elefante en las que tuve el disgusto de trabajar, este tema era simplemente visto como una pérdida de tiempo y en el mejor de los casos como una obligación a cumplir. ¿Por qué? Creo que un buen punto de partida es analizar algunos modelos mentales al respecto. Para visualizar, más que explicar, paso a describir algunos arquetipos que pude detectar:
La idea me lleva rápidamente a la imagen de un mago y la de la magia a la ilusión. Pareciera ser que el formato de lectura de mente, forma parte del modus operandi de los esquemas competitivos en donde el ego, con tal de instalarse se lleva la realidad por delante, y con ella la oportunidad de mejorar y crecer.
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Marta bendomirreflexiones y aportes entradas
December 2019
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