![]() Mira y observa todos los caminos de cerca. Hazlo tantas veces como creas necesario. Después, pregúntate a ti mismo, y sólo a ti mismo, lo siguiente... ¿Tiene este camino corazón? Si lo tiene, el camino es bueno, si no lo tiene, no sirve para nada. (JC Castaneda) Son las diez y media de la noche y estamos en Villa La Florida, Quilmes. Aún quedamos unas doce personas, de las 30 que desde las 8 de la mañana colaboraron con las tareas previas a techar el salón comunitario del Centro de Día Nuestra Señora de la Esperanza, en el que venimos trabajando desde octubre 2016. Decidimos terminar, a la luz de reflectores. La luna nos mira sorprendida en esta noche de sábado, de calor, de verano en el conurbano porteño. Estamos trabajando, perforando, pegando el aislamiento, y se respira un clima de enorme felicidad. Uno de nuestros fotógrafos registró todo lo que pasó durante más de doce horas, non-stop. La gente del Centro está ahí, con nosotros, emocionada, esperando a que este hito se concluya. Todos nosotros tenemos nuestros trabajos durante la semana, es decir esos lugares a donde vamos a cumplir horario y recibir órdenes de los que “toman las decisiones” , a cambio de dinero. No estamos ahí porque “no tenemos nada mejor que hacer”, estamos ahí porque esto es “lo mejor que podemos hacer”. No dejo de preguntarme ¿qué sucede acá ? ¿qué cambia?, ¿qué hace que terminemos cansados, festejando, sintiendo que aportamos y que lo que dimos tiene valor? ¿Qué cambios se dan cuando el sujeto del trabajo es la comunidad? ¿Qué nuevo mundo aparece cuando nos vemos a nosotros mismos como formando parte de un todo que impacta en hacer nacer nuestra mejor versión, mientras el mundo en el que vivo se parece más a lo que llamamos “justicia”? Dejo por acá algunas cosas que viví en este tiempo: 1. En esto que hacemos juntos, la principal herramienta somos nosotros mismos y nuestra capacidad de conectarnos y coordinar acciones. No puedo generar este espacio sin reconocer la presencia del otro como auténtico otro , compañero de ruta, así como es. El chileno Marcial Losada (los que me conocen saben que me gusta el trabajo de este Señor) dice que un equipo de alto desempeño se basa en un 90% de conexión y un 10% de coordinación. Tiene razón. Saber quiénes somos, qué queremos y para qué hacemos lo que hacemos hace la diferencia. 2. Si tuviera que resumir la experiencia de trabajar juntos en un axioma sería algo asÍ : “En este lugar usted no necesita dejar el corazón en la puerta”. Esto no quiere decir armonía total , a veces es todo lo contrario, discutimos , “ajustamos” ideas y pareceres, hacemos participar a nuestro corazón en el camino que va de la cabeza a las manos. 3. Vamos lento, pero vamos juntos. Hay un modo de entender la eficiencia que tiene que ver con “detectar lo que me parece que falta”, “diseñar“ y “ejecutar”. Estamos acostumbrados a eso, nos lo cuentan así los políticos y los diarios y eso es lo que pedimos. Pero hay otros modos de construir mundos compartidos y sostenibles en donde lo que vamos construyendo y reconstruyendo es la historia común. Así las “cosas” tienen vida, y trabajar se convierte en un constante aprender y reflexionar acerca de la intención fundamental que nos mueve. 4. Lo que aprendimos de Norma. Norma coordina el Centro de Día y es la persona a la que estamos “ayudando” . Pero en realidad es ella la que nos ayudó durante todo este tiempo, abriéndonos las puertas de su historia y dejándonos entrar, con precaución, con paciencia y también poniéndose en juego, enojándose, hablando, dándonos, en síntesis , todo lo que ella es. En este modo colaborativo de vivir no hay adentro y afuera, hay un yo que se vuelve nosotros y nos transforma. La experiencia que yo vivo se llama Ingeniería sin Fronteras Argentina, pero no es la única. Hay cada vez más espacios nuevos , modos diferentes de construir lo humano. Lugares en donde compartir saberes, disfrutar de aprender. Equipos en los que ninguno de nosotros es mejor que nadie, porque todos tenemos lo que somos para dar, así que no competimos, solo colaboramos. Ya no hay excusa, cada uno de nosotros puede elegir aceptar o no el desafío de hacer nacer un mundo mejor.
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Marta bendomirreflexiones y aportes entradas
December 2019
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