![]() “Las cosas no cambian luchando contra la realidad existente. Para cambiar algo, es necesario construir un nuevo modelo que haga que el modelo existente se transforme en obsoleto”. Richard Buckminster Fuller La complejidad de los días que vivimos nos enfrenta a desafíos permanentes. Cuando empezamos a acomodarnos, algo nuevo pasa. Los tiempos entre un cambio y otro se acortan. Tan solo los avances de la tecnología nos llevan permanentemente a aprender y desaprender. Nos recuerdan que el conocimiento es frágil y volátil. Pero no se termina ahí, nueva información, nuevos modelos de convivencia, nuevos hechos que disparan nuevas preguntas. El paso de una situación a otra requiere de nosotros permanentes tomas de decisiones. A veces llamamos a esto crisis.
Lo primero que nos pasa es reaccionar. Defender el modelo viejo. Crear falsas dicotomías entre un modo y el otro. Ideologizamos. Intentamos controlar el cambio. Nos aferramos. Resistimos. Hacemos una apología de la resistencia. Nos cuesta pensarnos como un río que fluye . Somos más bien compuertas, murallas. Acaparamos. Contamos éxitos y los guardamos en una cajita. Cada tanto los contemplamos como un tesoro. Mirar al futuro nos da vértigo. Decidimos que “todo tiempo pasado fue mejor “ o “que mejor malo conocido que bueno por conocer”. Pero no estamos hechos así. Estamos hechos de aprendizaje, de plasticidad, llamados a encontrar miradas más abarcativas, que nos habiliten a nuevas experiencias, que nos muestren lo que aún no vemos. Y para esto no nos bastamos solos , estamos hechos para la comunidad . Solo en la maravillosa perspectiva de la vida compartida se ve el paisaje completo. Sudáfrica nos enseña el concepto de Ubuntu: “Yo soy porque nosotros somos”. Nuestras organizaciones, nuestro modo de encarar la vida juntos, no son simples medios para resolver nuestra subsistencia cotidiana. Nos moldean, nos transforman, nos ayudan a crecer o a replegarnos. Juntos podemos hacer grandes cosas o autodestruirnos. El cambio es inevitable, pero no se trata de perder, se trata de volver a apostar, de descartar lo que ya no sirve y es lastre, mero peso muerto. Necesitamos ir livianos para llegar lejos. El mayor desafío de nuestras organizaciones es dejar de ser elefantes para convertirse en grullas. El cambio no se trata de desechar sino de encontrar mejores caminos para sostener aquello que elegimos conservar, pero para eso es necesario entender de qué estamos hechos.
1 Comment
Noemi Benayon
10/19/2016 12:05:12 am
Reply
Leave a Reply. |
Marta bendomirreflexiones y aportes entradas
December 2019
Categorias |