![]() , En el momento de implementar agilidad en una empresa surge la pregunta acerca de los nuevos modelos de liderazgos. La percepción de que el antiguo modelo de comando control ya no tiene sentido en este nuevo marco de trabajo, nos lleva a explorar cuáles son las claves para acompañar, empoderar y hacer crecer los equipos de modo que, juntos generemos espacios de trabajo asombrosos, que nos permitan alcanzar resultados y desarrollarnos como personas. La pregunta clave para entender cómo redefinir quién soy en el momento de gestionar equipos ágiles es : ¿en qué agrego valor? Saber cuándo mi intervención agrega valor a los resultados actuales y futuros del equipo y de la organización, y cuándo es redundante e impide el crecimiento, es uno de los mayores desafíos en el momento de habitar el paradigma ágil y requiere un sostenido trabajo de autoconocimiento y trabajo personal. Independientemente de las infinitas exploraciones que podemos hacer sobre este tema, y con la idea de iniciar la conversación, les dejo por acá las que para mi son las 10 claves para aportar valor como líderes, a la hora de implementar metodologías ágiles en empresas u organizaciones. Claridad de propósito: trabajar constantemente sobre el propósito es la clave para la libertad del equipo en el momento de definir prioridades y estilos de abordaje de los desafíos que se le presentan. Visibilidad: sin visibilidad no hay agilidad, así que garantizar, favorecer y potenciar la visibilidad es una de las grandes tareas del líder ágil. Visibilidad significa saber qué vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer, quién y para qué y tener clara la definición de “producto terminado” a cada paso del camino.Dar visibilidad también implica dar visibilidad del proceso, de los logros que queremos festejar y de las actitudes de los miembros del equipo que queremos agradecer. Acuerdo participativo de prioridades: custodiar los acuerdos y generar los espacios necesarios para que las conversaciones necesarias sucedan y los compromisos se cumplan. Auto organización de los equipos: cuando sientas que estás empezando a decir qué hay que hacer y cómo, en vez de indagar acerca de la ayuda que los equipos necesitan para alcanzar resultados: ¡da un paso atrás! Tomarse el tiempo de categorizar las soluciones que estamos buscando, identificando si estamos frente a un contexto simple, complicado, caótico o complejo. Clasificar nuestras tareas y desafíos en función de su urgencia e importancia: entender de qué se trata lo que hacemos y no perdernos en la reactividad. Estimar: tener un mapa del camino y de lo que es necesario para llegar es importante, pero también es clave la pregunta acerca del tiempo que nos llevan los procesos, y de los factores que aceleran o desaceleran. Iterar: entregar valor rápido, para tener feedback que permita ajustar y aprender. Experimentar: evitar la parálisis por análisis y dar lugar a experimentos que nos permitan sacar conclusiones . Mantener en los equipos el espíritu de la experimentación e incentivarlo. Escuchar: primero escuchar e indagar. Escuchar antetodo nuestros supuestos y juicios al abordar una situación y luego, siempre que iniciemos una reunión, empezar por escuchar.
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Marta bendomirreflexiones y aportes entradas
December 2019
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